La niebla espesa, cruda, acentuaba el tono invernal en aquella tarde de una Navidad que ya se apagaba. Eso y la penumbra de la habitación impedían que destacasen unos ojos empequeñecidos y una palidez extremada en su cara. Mi madre le dio un beso y salió al pasillo con la mirada fija en las baldosas, mientras el médico manipulaba con gesto serio el aparato para contrarrestar la insuficiencia que se había hecho dueña de la situación. Dominaba la escena una respiración amarga, áspera, complicada. El oxígeno, en su lucha por abrirse paso hacia los pulmones los hacía llorar. Estaba claro que a mi padre se le estaba atascando la vida. Era experto en sufrir disimuladamente, lo sabía hacer. Al cabo de un rato Adrián, mi sobrino, le apartó con cuidado la mascarilla porque parecía tener prisa por decirnos algo. Balbuceando consiguió articular con absoluta claridad lo que quería decir, lo entendimos perfectamente: “Ahora ... ya me encuentro mejor”. Nosotros respiramos con tranquilidad y acto seguido se murió.
miércoles, 8 de mayo de 2019
domingo, 21 de abril de 2019
Méritos no le faltan
No, la Gran Mezquita de Abu Dhabi no es una de las siete maravillas del mundo moderno. No puede. Esta mezquita adolescente no tuvo la suerte de nacer con el valor añadido de una emocionante historia de amor detrás, como pasa con el Taj Mahal, ni está avalada por un emplazamiento natural que quita el aliento, como sucede en Machu Picchu, ni tampoco está amparada por el carácter épico que respiran las paredes del Coliseo romano porque acaba de nacer. Pero es una auténtica joya arquitectónica. Puede presumir de poseer la alfombra más grande del mundo, aunque no parece mérito suficiente. La gran falta de la Gran Mezquita es su falta de pasado. Un día de 2007 abrió sus puertas al mundo como un centro de oración, un gigantesco espacio de culto. Muy pronto, sin querer y de forma viral, su belleza descomunal se empezó a transmitir de boca en boca hasta llegar a los rincones más alejados del planeta. No, es verdad, por desgracia la Gran Mezquita de Abu Dhabi no es una de las siete maravillas del mundo moderno, ... pero lo será. Le falta tiempo. Nada más. Y el tiempo pasa.
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